
Para muchos, la televisión es un aparato necesario en nuestros hogares,
ya sea para informar, educar, entretener y distraernos de la realidad amarga
que llevamos día a día, por lo tanto es un aparato multifuncional, diseñado
exclusivamente para predicar 24 horas al día cosas que quieren que veamos y escuchemos y captemos de una forma determinada, sin poner en duda lo que nos dice.
Para nosotros es una antigua forma que tenían y tienen las madres para conformar a su hijo y tenerlo tranquilo, manteneniendolo sentado frente a un televisor, sintonizando alguna caricatura o serie divertida que induce al infante a un estado hipnótico, en el cual, cada cierta cantidad de minutos se ofrecen productos, para que el pequeño con su mente frágil, se convierta en un adicto visual a alguna marca, y la exija en unos años más para cuando ya sepa hablar, y discriminará toda otra alternativa similar a pesar de ser de igual calidad o mejor.
¿Parece algo muy cotidiano? quizás la situación sí, pero es cierto que mucha gente
no es capaz de ver bajo el agua y siguen latentes estas prácticas, donde quizás inconcientemente los padres insertan a sus hijos y a ellos mismos en un sistema consumidor, en donde es necesario renovarse tecnológicamente cada cierto tiempo y también discriminar a personas que no acceden por motivos económicos o de ideología a un sistema en donde vales por lo que tienes y no por lo que eres.

En resumen la televisión o algún equivalente electrónico será el encargado de darte tus verdaderos valores, controlará tu actitud, nutrirá tus inseguridades, te dirá y serás lo que él diga, estará todo un día dispuesto ha NO escucharte, pero sí a que tu lo escuches a él, fabricará tus miedos te regalará una hermosa realidad envasada en lo virtual, no te informará sino que te tergiversará, no te educará sino que te adormecerá, no te entretenerá sino que te cegará, fabricará tus necesidades innecesarias, te incentivará a comprar una nueva "vida" sin importar el dinero que tu tengas, porque facilitará tus formas de pago, creará tarjetas de crédito que serán tus nuevas cédulas de identidad, no serás una persona serás un cliente, siempre tendrás la razón porque si te contradicen no comprarás nada, te tratarán como un señor aunque no te quede ni dignidad, todos te regalarán una sonrisa al comprar, tus hijos demostraran mas amor por tu nuevo auto, computador
o televisor que has comprado, te venderán nada y pagarás por nada, pero te harán sentir como un todo, pues ahora eres una persona nueva, tus amigos te dirán “te renovaste”, es decir, las cosas no son algo adicional a tu persona, sino que tienen que ser parte intrínsica de ti, serás respetado por los demás, te mirarán con otros ojos, se acercaran muchas personas por interés, vivirás una vida llena de lujos, suplantarás el amor por materialismo y tu vida transcurrirá al paso del tiempo de tu nuevo Rolex, quizás te conduzca al éxito en tu nuevo Mercedes Benz del año, encontrarás a tus amigos de antaño a través de tu Facebook, y verás que algunos han fracasado por no poseer las mismas cosas que tu, pero que importa, basta con que solo tú estés bien, y que al llegar a casa puedas relajarte viendo algun programa de “entretención” en tu nuevo LCD Sony de 35 pulgadas y después alejarte en sueños de la realidad que vives para que al día siguiente repitas tu vida como si fuera una cinta de tu nueva Cámara de video digital LG, y seguirán pasando los días, meses y años para que finalmente mueras sepultado a 12 cuotas, precio contado, sin pie y sin intereses por tu MasterCard.
Jorge Soto B.