“Donde no hay orgullo de ser no hay nada que hacer”


“Donde no hay orgullo de ser no hay nada que hacer”

A veces la vida parece tan agitada que no nos da tiempo para pensar qué queremos realmente, o por qué, o cómo podemos obtenerlo. La vida nos presenta numerosos interrogantes, de los que normalmente sólo se obtiene respuestas parciales e incompletas, pero con una reflexión frecuente y critica podemos lograr que la multitud de preocupaciones, afanes y aspiraciones de la vida diaria no desvíen su atención de lo realmente valioso, es así como podemos dar con nuestro yo real, y visualizar desde un espectro mas amplio de sujeto nuestro sentido de vida.
Sin duda hoy estamos frente a una notable perdida del sentido de vida en las personas de las sociedades modernas del siglo XXI, y no es extraño observar como esto es impulsado por la existencia de fuerzas hegemónicas de poder, provenientes de un sistema enfermo de consumismo y arrogancia, quien con su discurso único, nos invita aceptar la historia como simples espectadores y nos deslegitima el derecho de poder construirla, circo comunicacional forjador de las nuevas culturas, difusor del nuevo orden mundial basado en el egoísmo y el afán de éxito, que nos arroja cada vez más a un estado de constante competencia, lo que un considerable fracaso lo puede llevar a la perdida de sentido debido a que al hombre lo envuelve las ganas y el esfuerzo de lograr una meta, no obstante el esfuerzo puesto al servicio de un sentido puede ser frustrante provocando un fuerte decaimiento de su personalidad y autoestima, situación que ocurre con mucha frecuencia hoy en día en nuestra realidad en donde nuestros fines están en juego y en constante competencia lo cual se ve notablemente afectado en el fracaso de muchos. Condicionante que lleva hacer el sin sentido, algo cada vez más recurrente y común sobre todo en jóvenes y es a raíz de está disyuntiva del no ser, por el cual se hace presente la imposibilidad de nuestro complemento humano, la condición de sujeto,
Más que nunca, las personas de hoy en día están experimentando sus vidas como vacías, insatisfechas, incompletas y faltas de sentido, sin propósito, sin objetivo alguno, y parece ser que responden a estas experiencias con conductas inusuales que dañan su entorno y su personalidad.
Si el sentido es lo que indagamos, el sin sentido es un agujero, un espacio en la vida, y en los momentos en el cual lo sentimos, necesitamos salir corriendo a llenarlo. De manera que pretendemos llenar nuestros vacíos existenciales con “cosas”, ‘’necesidades innecesarias’’ creadas e impulsadas por los verdugos comunicaciones y su gigante aparataje publicitario.
Quienes no han podido desplegar el sentido de sus vidas, el pasado se convierte en una carga que se arrastra, el presente en un problema y el futuro es una amenaza lo cual no los permite desarrollarnos y encontrarnos con nuestro interior y nuestra verdad interna, lo observamos cotidianamente en nuestra sociedad chilena en donde nos encontramos habitualmente con seres inconclusos, carentes de lógica y solidez, seres sin expresión, sin opinión ni argumentos, sonrojados hundidos en sus asientos, vueltos hacia las pared, incapaces de expresar sus virtudes, sus gustos y sueños.
Allá recae la gran importancia de tener un sentido de vida claro, es sin duda el primer gran paso que debemos dar para alcanzar la noción de sujeto y pasar de un espectro que nos muestra como especie a una mas elevado y satisfactorio, el sujeto, capas de resolver problemas, estar consiente de la realidad y tener desarrollado un pensamiento divergente frente a diversas situaciones de la vida diaria, El sentido de vida es una peculiaridad propia del ser humano, que lo distingue radicalmente de los animales irracionales. Y es que el hombre, como nos recuerda Heidegger, habita el mundo, que es su morada, y lo organiza de acuerdo con sus intencionales proyectos y decisiones, en cambio el animal, se limita a corretear por el mundo.
El sentido de vida es algo que el mismo hombre se exige de manera individual y subjetiva que va creando a través del tiempo y sus experiencias de vida, por lo tanto tiene un carácter dinámico en su plenitud, logrando ser una exigencia de racionalidad en el mundo el cual posee, en si mismo, un sentido que reside en su propio ser y naturaleza. Aquellos que tienen un porque para vivir, pese a la adversidad, resistirán, tendrán voz, cuestionaran, criticaran, denunciaran cualquier circunstancia que sea o parezca indebida, eso precisamente es lo que no quieren los que manejan los hilos de la sociedad, los que intentan día apropiarse de nuestras vidas de manera implícita, nos impregnan su discurso consumista las 24 horas del día en la televisión e implícitamente somos arrojados a competir por trabajo, pareja, riqueza y estatus social se considera norma y además la creencia sobre . "evitar el dolor y conseguir el placer" está muy difundida por los medios en la actualidad como el supuesto principal motivador de la actividad humana. Y de manera sumisa asumimos estos cánones de personalidad en vez de desarrollar nuestros talentos a niveles asombrosos de los cuales somos capaces, preferiríamos estar comparándonos continuamente a otros. Y de hacerlo, difícilmente emprenderíamos las tareas que nos brindarían satisfacción en la vida.
Es un hecho que un porcentaje de las personas que habitan este planeta no saben por qué están vivas, y ni siquiera piensan en ello. Aun así, una vida sin sentido se hace poco llevadera al pasar el tiempo. Es por eso que muchas personas se encuentran en situaciones no deseadas después de retirarse, que los desempleados se sienten deprimidos y las crisis depresivas son cada vez mas frecuentes en las sociedades modernas, no es inusual ver en el caso de nuestro país la cantidad exacerbada de farmacias y se indagamos más allá la cantidad impresionante de antidepresivos que son vendidos en ella. Es por eso que el mismo, si el mismo no se equivoca, sistema, y los que lo sustentan buscan una u otra forma para generar ese mito del capitalismo que tan bien adoptan, creen o aceptan los individuos de hoy, Hay voces en la academia, la política, y los medios de comunicación que tergiversan los hechos del continente. Son parte de una propuesta de la derecha económica imperante por imponer relatos maniqueos tendentes a despojar al sujeto de su memoria histórica republicana. Manipulan la realidad según convenga a sus intereses. En este horizonte dirigentes, estadistas, sindicalistas o representantes de movimientos sociales caerán en el saco de lobos con piel de corderos.
El mundo se presenta dualmente. El orden y el caos. La luz y la oscuridad. La economía de mercado y el estatismo comunista. La globalización y la autarquía. Paz y seguridad versus terrorismo e inseguridad. es una construcción establecida por otros, que durante siglos han ejercido fuerza sobre las grandes masas, haciendo utilización de aquella capacidad humana (el lenguaje) de poder comunicar y establecer dentro de ese rango emociones, estados de ánimo, expectativas, éxitos, fracasos, El lenguaje, que desde los inicios de la organización humana, en base al sedentarismo, hombres han hecho de su utilización un arma de dominio y debido a su capacidad característica se nos ha permitido traspasar de generación a generación a través de la sedimentación los rasgos de nuestra personalidad. Es a raíz de este lenguaje tergiversado por el cual se construye un discurso para atacar a las “hordas” antisistémicas y un itinerario cuya hoja de ruta es el aniquilamiento y la destrucción del diferente. Las armas utilizadas son el liberalismo doctrinal, el pensamiento conservador, la sociobióloga, la desarticulación de la teoría, la pérdida de la centralidad política y el desánimo de la razón. Se presentan como un frente único para conquistar un nuevo edén. Sus imágenes son las buenaventuras del capitalismo y sus megaproyectos. Obras faraónicas de adoración y procesión transformadas en tótems para la satisfacción de los nuevos dueños del planeta. Urbanizaciones de lujo, campos de golf, torres de cientos de metros, etcétera. La felicidad completa, cuya máxima expresión se dibuja en levantar centros comerciales donde las personas puedan vivir en ellos. Son los auténticos nichos de la virtud del mercado. Extensiones donde encontramos hoteles, restaurantes, cines, entidades financieras, gimnasios, joyerías, agencias de viaje, supermercados... La imagen perfecta para la actual era del consumidor que vive en su interior adaptándose a sus códigos. Su personalidad se flexibiliza para adorar marcas comerciales de comida basura, prendas de vestir, coches, etcétera. En su interior se consolida la mutación del ciudadano al idiota social. Es el proceso de atomización y pérdida de identidad colectiva. La sustitución de la memoria social por el deseo de compra y autismo individualista. El retorno del Idión aristotélico.
En tal lógica, los políticos adscritos a este orden tratan de producir el mayor número de idiotas sociales posibles sustentado en el sin numero de instituciones que funcionan a corde a un sistema desigual y egoísta buscan dar continuidad al proceso. Los consumidores deben sentirse en un paraíso terrenal. En dicho mundo, las expectativas, los deseos, las esperanzas, los objetivos de cambio, y las depresiones se superan individualmente. El remedio es satisfacer la angustia por medio de la compra y venta de objetos disponibles en tiendas y en la imaginación. Si le acosan en el trabajo, si le despiden, si violencia de genero, si explotación de clase, si alienación social, no actúe colectivamente. No se proponga un proyecto alternativo de liberación, no critique el sistema. No aluda a los mecanismos de dominación. Solucione el problema por la vía individual. Presente una queja en la oficina del consumidor o vaya al centro comercial más próximo, cómprese una camisa, una corbata, tíñase el pelo y cambie de peinado. Deseé algún gusto culinario y machaque el cuerpo. Chocolate, helados, una hamburguesa. Si está muy agobiado y necesita desfogarse termine haciendo yoga en el mismo centro comercial. Y en el medio plazo contrate allí unas vacaciones en playas exclusivas, con todo incluido, la fuente de la juventud. Tratamientos de última generación a precio de oro, en cómodas cuotas mensuales. Si tiene necesidades erótico-festivas piense en turismo sexual. África, Asia, Europa del este, América Latina, Oceanía. Los cinco continentes. No existe como ciudadano. No posee dignidad, ni memoria histórica, ni voluntad, es un consumidor. En definitiva su cuerpo es todo un amasijo para el mercado. Lo posee de manera integral, de los pies a la cabeza. Lo dicho también incluye a los pobres, Su buenaventura consiste en pasear por los centros comerciales y proyectar su frustración deseando cambiar de estatus. Deben transformar su ahorro en bienes de capital. Sus monedas conseguidas en los semáforos vendiendo imágenes de algún santo, Los vendedores se convertirán en empresarios del mañana y los niños tragafuegos serán los dueños del Circo de Moscú. Deben proyectar su optimismo bajo el discurso de la igualdad de oportunidades y la movilidad social ascendente. Es el discurso ideológico de la perseverancia, acompañado de iniciativa y preparación, factores suficientes para romper el círculo de la pobreza. El gran mito del capitalismo que tan buenos resultados brinda a sus ideólogos y acólitos. En esta situación se deben soltar lastres. No piense, déjese llevar por la ola del consumo y transfórmese en un consumidor responsable, obtendrá dividendos y vivirá relajado. Acepte con gusto los mensajes del mercado de las ideas. Y confié plenamente en ese novedoso aparatito cuadrado que puede comprar a crédito en cualquier centro comercial del país. Hablamos de la televisión instrumento importantísimos para la difusión de las ideas expresadas con anterioridad la cual apela a la confianza depositada en ella mediante la creencia de que las imágenes hablan por si solas, y el discurso emitido a través de un medio tan técnico adquiere la presunción de estar conforme a la realidad; pero los hechos son tozudos. Los públicos a los cuales se dirige, aún las predilectamente perseguidas en los mensajes clases medias, ignoran la mayoría de los procesos desarrollados en el mundo de complejidades amañadas que nos ha correspondido vivir: intrincados procesos históricos, económicos, políticos, etc. Por consiguiente, aquellos públicos confían en el carácter de medio impulsado por la técnica más avanzada poseída por la tele, a pesar de todas las limitaciones de las imágenes y los textos así sean, como es cotidiano, unas y otros manipulados hasta la desfiguración.
Los muchos que ignoran por diversas causas los procesos, se entregan a la confianza en la retórica audiovisual basada principalmente en la complejidad de un artificio mecánico. No obstante, hemos presenciado como esta confianza es traicionada continuamente, cuando se propagan ampulosas falacias que traen como resultado dudosamente no deseado, la paralización de voluminosas masas ante desastres tan evitables como guerras, violentas represiones, hambrunas, destrucciones culposas, perdida de identidad cultural, etc., o en no pocas veces todas las anteriores en un mismo periodo de tiempo.
¿Puede ser que a través de una aplicación de la ciencia en la difusión de ideas se propaguen especies, consejas, comentarios insidiosos, trapacerías, manipulaciones, contrarios a los ideales de bienestar y de democracia real que la misma ciencia ha postulado por siglos?
Esto ocurre desgraciadamente y con cada vez más frecuencia. Tal vez por esto los pocos conocedores de estos procesos, es decir quienes saben algo de historia, de transformaciones sociales en el tiempo, no necesariamente mediante estudios académicos, simples hombres y mujeres con sensibilidad social, desconfían de medios como el televisivo. Comentarios e informaciones enmascarando carnicerías humanas de estados poderosos, la exaltación como 'muy efectivas', o modernas y sofisticadas armas destructoras de toda vida, múltiples zalamerías a personajes reconocidos como enemigos del progreso del conocimiento humano enquistados en el poder, el miedo a controvertir voceros de este (mucho más si visten de uniforme), el amplio despliegue de temas relacionados con las más estrambóticas supercherías tratadas como hechos incontrastables de interés general, la ponderación de lo superfluo o trivial como máxima aspiración del saber o la diversión, el ocultamiento de la crueldad de sistemas de producción conducentes a nuevas formas de esclavitud como las maquilas, etc., etc., Los medios de comunicación de masas más comercializados, es decir los exponentes del acelerado despilfarro, se dirigen dependiendo de las circunstancias bajo esta forma de actuar contraria a los valores generadores de su nacimiento moderno, al disimulo o a la simulación como expresiones de la mentira; esto es a aparentar poseer una objetividad y un desinterés a toda prueba frente a los que les observan y escuchan, y a la vez disimulan su muy particular forma de plantear los hechos y la interpretación de los mismos, perfectamente adecuada a los deseos y proyecciones de los detentadores del poder y sus socios los todopoderosos de los mismos medios. Quienes imposibilitan al ser humano, oprimido por siglos a desarrollarse, a construir su verdadera realidad, y desarrollarse como sujetos, es por esto principalmente, por aquellos medios masivos de comunicación por los cuales esta siendo fomentado el sin sentido

Las actuaciones de estas orwellianas agencias, no pueden menos que inscribirse en el terreno de la guerra psicológica, una guerra sin límite en la manipulación de la información tanto en la forma y el contenido a fin de 'conducir' las mentes de los espectadores en determinada dirección favorable a los intereses de la oligarquía occidental y sus socios. Es a partir de allí por donde se fomenta el sistema, su pensamiento único, su individualismo que hoy podemos ver cotidianamente, es el imposibilitador real de la transformación del sujeto, ya que practica el mito paradisíaco del capitalismo, y cuando nos encontramos con un gran muro el cual no podemos sobrepasar en bases de nuestros esfuerzos y transgredidos mentalmente en base a la competencias nos sentimos en un fracaso aterrorizante que nos va arrojando poco a poco al sin sentido mencionado al inicio del ensayo, pero nuevamente el sistema muy bien construido para resguardar los intereses de la burguesía imperante nos muestra un escenario banal de oportunidad, bienes materiales que puedan llenar ese agujero agobiando creado por ellos mismos, es paradojal dicha situación descrita, pero es real, y es a la cual debemos enfrentar diariamente y en base a un pensamiento divergente , critico y fundado en base de nuestra propia realidad real como sujeto combatirlas en ayuda de los demás, presos en una burbuja asfixiante que nos reprime como persona.
Es por eso que creo que el sentido de la vida debe y puede ser practicado por todo hombre por el simple hecho de ser humano, pero bajo diferentes circunstancias de la usurpación de nuestra realidad concreta se torna cada vez mas difícil y es ahí en donde debemos detenernos en el ascenso de ese gran escalón de la libertad para tenderle la mano a nuestros pares y juntos construir o mejor dicho restablecer la realidad robada y cambiada por los poderes supranacionales del mundo que buscan en nosotros la dominación total.


Colaboradores Acciónpropaganda